A veces se busca con insistencia, pero nadie parece haber
sido un personaje creado para mostrar el corazón, pero existe ese gordo
chiquito, vaya que verlo es sensacional, todo lo molesta y al final nada lo
fastidia. Los gestos son de Curley, no pasan de moda, tampoco sus exclamaciones,
gruñidos, penas y risas, acompañados por sus saltitos de boxeador. Tiene vida
propia aunque su tarea es hacerle creer a Moe, su hermano y jefe, que vive
pendiente de lo que decida hacer. Larry está al medio sometido por Moe tiene
que someter a Curley, un circo eterno de absoluta simpatía, que es el mundo de
los Tres Chiflados.