lunes, 17 de septiembre de 2012

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A un cuervito desde chiquito le dieron de comer y lo criaron con enorme cariño, pero no le interesaba el afecto de su cuidador, a quien siempre le decían: no críes cuervos que te sacarán los ojos y el cuervito le decía a su dueño, no soy yo cuervo con v chica, yo soy cuerbo, con b grande, y pasó el tempo, se hizo fornido y grande e independiente, ya no requería de su cuidador y dueño para vivir y en eso... en una décima de segundo... le sacó los ojos, se los tragó de inmediato y allí lo vemos haciendo gárgaras de felicidad, entonces mientras lo miras, aprende que no debes criar cuervos porque te sacarán los ojos.

Pero, y si los crías, tienes que saber que tarde o temprano, antes que te saquen los ojos, tienes que cortarles el cuello.