La
inconformidad, como una postura de vida, fue una respuesta que surgió en todo
el mundo occidental, ante el inicio creciente del cansancio ante el absurdo del
esplendor totalizante de la antigua sociedad de consumo, de mediados del siglo
anterior, que presentaba ser la única alegría de todas las horas, permanecía en
exclusividad en los países industrializados, y lejos de ellos, convertidas en
tierras lejanas, a pesar de la cercanía, solamente era el destino de demasiados
pocos, ya que nunca podrían alcanzar muchos, el estatus de tenerlo todo, como
las estrellas mostradas al mundo como los modelos del tipo de la felicidad
universal, y entre las mayores figuras del celuloide, de pronto surgió Marlon
Brandon, quien no quería satisfacerse, que buscaba lo nuevo, y que a partir de
tenerlo todo experimentaba su fuerza en contra de todo el sistema y de pronto
se convirtió en el símbolo universal de encontrar cada uno su propio camino de
vida.