lunes, 3 de febrero de 2014

42

Todos los pollitos rodeaban a don abuelito, le cantaban y le cantaban, mientras confeccionaba los huevos de pascua, con enorme paciencia y mejor amor. Estaban allí, todos ellos de color amarillito patito, en el jardín en el que habían nacido, empollados por sus madres, criadas por don abuelito, desde muchas generaciones atrás. Los pollitos, contentos y felices por que acompañaban al más viejito duende, quien desde que cumplió noventa años, ya nadie recordaba su edad. Un día su esposa subió al barco que va al poniente y él no la acompañó quedándose en su jardín. Solamente se le conoce como el don abuelito y todos quienes lo conocían, lo querían mucho, porque tuvo neumonía casi todo el año, algo recuperado ya sabían que seguiría con ellos por mucho tiempo y ellos le traían alegría para nutrir su corazón y él viejo don abuelito les prometía que lo acompañarían a repartir los ricos huevos de chocolate de pascua, que estaba elaborando. Mañana para bonita que pasaron los nietitos con su abuelito, en el jardín en el que siempre fueron felices.