lunes, 3 de febrero de 2014

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En un atolladero de carros solamente tienen salida los peatones, las veredas van libres y las pistas llenas sin posibilidad de paso, la única salida es la realidad que señala que no hay por dónde ir, ni por donde regresar, que ganas de bajarse e irse por donde sea, caminando. Pero, ¿por dónde será la marcha? pregunta que solamente lleva a una afirmación: es una verdadera congestión. Con la aceptación de que todo es fastidio, en la que nadie silva de alegría, es simplemente el fastidio del momento lo que se esparce por todos lados, no hay más, todo es lo mismo, no existe variante que permita pacificar el ambiente. Todos tendrían que ir para atrás y volver a lugar de donde provienen, pero nadie piensa, nadie quiere otorgar una salida. Todos saben que mañana cuando pasen por estas pistas, estarán libres, pero eso es en otro momento ya que en este instante, no hay paso, pero también se sabe que en cualquier momento como si fuera un caído del cielo, alguien logrará que uno de pase y así, solamente así todos pasaran.