En un
atolladero de carros solamente tienen salida los peatones, las veredas van
libres y las pistas llenas sin posibilidad de paso, la única salida es la
realidad que señala que no hay por dónde ir, ni por donde regresar, que ganas
de bajarse e irse por donde sea, caminando. Pero, ¿por dónde será la marcha?
pregunta que solamente lleva a una afirmación: es una verdadera congestión. Con
la aceptación de que todo es fastidio, en la que nadie silva de alegría, es
simplemente el fastidio del momento lo que se esparce por todos lados, no hay
más, todo es lo mismo, no existe variante que permita pacificar el ambiente.
Todos tendrían que ir para atrás y volver a lugar de donde provienen, pero
nadie piensa, nadie quiere otorgar una salida. Todos saben que mañana cuando
pasen por estas pistas, estarán libres, pero eso es en otro momento ya que en
este instante, no hay paso, pero también se sabe que en cualquier momento como
si fuera un caído del cielo, alguien logrará que uno de pase y así, solamente
así todos pasaran.