lunes, 3 de febrero de 2014

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Los momentos más difíciles, de aquellos en los que no se quiere dar la cara, ni mirar a nadie, pero en los que puedes afrontar el escenario sin cambio ninguno, como nos lo muestra Agosti cuando fue a la playa, en el viaje, en tren de Chicago a Nueva York, que simplemente son instantes de piconería o de una molestia pequeña y pasajera, que resultan presente de nuevo en la vida con los berrinches de los hijos y que traen de regreso como los más bellos, cuando ya no queda en tu presente para siempre, nada más que los recuerdos de que el primo Joe era tu amigo del alma, que no había nada más bueno y no lo volviste a ver. Con Charles y Henry e Isabel, conformaban un buen grupo y entonces está el nombre de Merceditas que no sabes quién es y cómo les pasa a todos, quieres que ese vieja del que ya nadie recuerda quieres que regrese lo más rápido posible a tu corazón, para contarle a tus hijos con todos los castillos de arena construidos en la orilla y todas sus historias que fueron narrando de acuerdo a cada muro y torre que se edificaban, el canto de la la historia de la infancia al que ya no se regresa más.