lunes, 3 de febrero de 2014

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La vida siempre tiene escenas de la más absoluta felicidad, en todo lo que es sencillo que pueda existir en la risa de la niña que está mirando la cámara de su papá y que se siente tan contenta de estar de paseo y de compras con su mamá, ambas no ocultan para nada que están llenas de alegría de estar juntas y lo saben mostrar a todos, de la enorme identidad entre ambas. Esta es una fotografía para nada usual, de 1931, en esos tiempos nadie tiene fotos riéndose, no era costumbre mostrar la alegría de la vida, además la gente no debía reírse porque se deformaba la cara y se malograba la fotografía, pero mi mamá era demasiado especial, todo lo que tocaba relucía y en su enorme alegría por la vida, ese día, a los cinco años de edad, encantó a todos, especialmente a su mamá y nos dejó esta preciosa foto, que es el arte de su papá, mi abuelo Augusto.