El destino te pertenece desde que aprendiste a montar en el
triciclo, la calle ya es tuya y pronto se transformará en una bicicleta y ya de
allí al automóvil y a volar en avión, no presenta dificultad alguna para pensar
que el destino te pertenece y el mundo pareciera ser que se te presenta pequeño
y para cuando sea el momento decisivo encontraras el instante que se puede
llenar de felicidad abordando lo todo sabiendo que siempre se tiene a quien
querer y quien te quiera sin problema ninguno y así en este triciclo vas por la
vereda de una avenida que ya nadie recuerda de Chicago, Illinois.